La presunción de inocencia y la necesidad de un mínimo de actividad probatoria para su destrucción

Abstract

Todo estado democrático ha elevado a la presunción de inocencia convirtiéndola en uno de los principios cardinales del sistema procesal. su positivización tiene una triple consideración: es un principio, una garantía y un derecho. no obstante debido a diversos factores, principalmente el arraigo al sistema inquisitivo de los operadores de justicia, se convierte en meramente enunciativa y por el contrario se vislumbra una “cultura de culpabilidad” que impide o hace muy difícil exigir a no ser tratado como no autor. ello ha generado, por ejemplo que la imposición de una medida coercitiva sea la regla y no la excepción como corresponde, asimismo, la exigencia de una adecuada y debida actividad probatoria de cargo que fundamente si es el caso, una sentencia condenatoria, es muy escasa en las resoluciones judiciales. en el presente artículo se abordan las causas, efectos y probables alternativas de solución para concebir a esta presunción desde la triple identidad antes indicada